En diciembre del año pasado un patrocinador de ARCH ENEMY usó sin permiso la imagen de un fotógrafo; cuando el fotógrafo solicitó una donación por el uso, ARCH ENEMY terminó prohibiéndole la entrada a sus conciertos.
¿Son conscientes los fotógrafos del uso que puede tener su obra? ¿Saben cómo defenderse? Éstas son preguntas muy importantes pues exhiben de cuerpo entero a las bandas y ponen los reflectores a una situación de la que casi nunca se habla.
Dejamos la editorial que J. Salmeron (el fotógrafo afectado) publicó en Metal Blast el 26 de diciembre en explicando los hechos.
Sobre cómo me prohibieron tomarle fotos a ARCH ENEMY
Título original: How I Got Banned from Photographing the Band Arch Enemy (N. del T.: todas las imágenes fueron tomadas de ese mismo sitio).
En junio pasado cubrí el Fortarock, un gran festival de Metal en Nijmegen, Holanda. Tuve la oportunidad de fotografiar a bandas como DRAGONFORCE, WATAIN, TYR, ALESTORM y ARCH ENEMY, las cuales no sólo son muy fotogénicas sino también tienen músicos muy talentosos.
Al llevarse a cabo en Holanda, tomar fotografías significó lidiar con un poco de lluvia, especialmente durante el primer día. ARCH ENEMY tuvo mala suerte pues su participación coincidió con un aguacero, por lo que tuve que arreglármelas para cubrirme y no mojar el equipo.
El esfuerzo valió la pena y el resultado de ese primer día fue una imagen de Alissa White-Gluz, cantante de ARCH ENEMY, que, tan pronto como la publiqué en mi Instagram, fue bien recibida por todos, hasta por la misma Alissa, quien la compartió en su cuenta.
Vi que estaban compartiendo la fotografía (algo a lo que no le suelo prestar mucha atención siempre y cuando no editen la imagen) y me di cuenta que una compañía llamada Thunderball Clothing la había utilizado para promover sus productos.
Como la publicación había sido hecha por la cuenta de la compañía, era obvio que su propósito era el lucro. Fue colocada en una cuenta de Instagram que tenía un enlace a su tienda en línea, y mi imagen fue usada para mostrar los productos que habían creado para Alissa. En otras palabras: no se trataba de un simple fanático compartiendo la foto por el hecho de que le gustara ARCH ENEMY (algo que generalmente tolero), sino que se trataba de hacer negocio, lucrar con mi trabajo sin pedirme permiso.
Intenté contactar a la compañía vía Instagram, pero me ignoraron. Envié un correo a la dueña explicando la situación:
Querida Martha,
mi nombre es J. Salmeron, soy fotógrafo y abogado radicado en Holanda.
La contacto porque ayer usted publicó mi fotografía de Alissa White-Gluz, tomada en Fortarock, y la usó en su sitio para promover sus productos (la fotografía fue subida aquí: [el enlace está roto]). Hasta ahora la fotografía ha tenido más de 200 Me Gusta y ha sido vista, por supuesto, no sólo por sus más de diez mil seguidores sino también por todos los que han usado etiquetas relacionadas con Alissa White-Gluz.
El uso que le dio a mi foto no está permitido y, estoy seguro que usted es consciente, representa una violación flagrante a mis derechos de autor. Esta infracción es, por supuesto, todavía más seria cuando consideramos que el uso que le dio está en conexión con su negocio, mismo que intenta promover en su publicación.
Generalmente solicito una comisión de 500 euros (quinientos euros) a los negocios que han publicado mi trabajo sin autorización. Sin embargo, en este caso estoy dispuesto a olvidar el asunto y permitir el uso de la fotografía a cambio de una donación de 100 euros a la Sociedad Danesa del Cáncer. Ésta es una organización que busca ayudar a la investigación del cáncer así como mejorar la calidad de vida de los pacientes con cáncer. Puedo enviarle un enlace para la donación (que irá directamente a la fundación, no seré intermediario) si es que acepta este método de pago.
Espero con interés su respuesta.
Envío notificaciones como éstas todo el tiempo, pues esto ocurre a menudo en Instagram, así que me parecía pan comido. Incluso hasta pensé que estarían felices pues les daba la oportunidad de seguir usando la imagen a cambio de una pequeña donación a una organización contra el cáncer. Éste es un método que he usado con clientes, organizaciones benéficas como la ACLU (Unión Estadounidense por las Libertades Civiles), por lo que pensé que las cosas transcurrirían sin mayor problema.
Sin saberlo, en lugar de contactarme directamente, Marta Gabriel, la diseñadora detrás de Thunderball Clothing, contactó a ARCH ENEMY acusándome de enviarle una carta “amenazante” “exigiendo 500 euros”. Aunque era completamente falso, esa fue la información que usó la gente que maneja a ARCH ENEMY para enviarme una serie de mensajes (los cuales, al principio, creí que seguían siendo de Marta):
Hola J,
me gustaría saber la razón por la que envías correos de descontento a gente que comparte las fotografías de Alissa. Los patrocinadores de Alissa y sus clubs de fans están autorizados para usar fotografías donde ella aparezca. Thunderball Clothing es un patrocinador de Alissa y ARCH ENEMY.
ARCH ENEMY gusta de tener una sana cooperación entre fotógrafos, fanáticos y festivales; compartir momentos de un concierto es una forma de estar conectados. Generalmente los fotógrafos aprecian que su trabajo sea mostrado a la mayor cantidad de gente posible y estamos agradecidos por las buenas imágenes que toman los fotógrafos en los conciertos.
Por favor, déjame saber si en verdad hay problema o sólo fue un malentendido.
Saludos cordiales.
El mensaje resalta la idea (algo común en algunas personas) que, debido a que los miembros de la banda salen en mis fotografías, la banda (y sus patrocinadores) tienen permiso de usarlas como ellos quieran. Esto no tiene sentido pues, aunque hay ciertas excepciones (por ejemplo, no puedo usar una fotografía de Alissa para promover un producto, a menos que ella me autorice expresamente a hacerlo), yo soy el único que puede decidir cómo y dónde es utilizado mi trabajo. Para ponerlo en términos legales: los derechos de autor de las fotografías me pertenecen a mí.
El mensaje también buscaba perpetuar ese ridículo sistema que las bandas esperan tener con los fotógrafos: dejarlos tomar fotografías a cambio de tener el perpetuo y absoluto derecho de usarlas como quieran, y pagar a los fotógrafos con “exposición” usando su trabajo ante una gran audiencia. En el pasado, artistas como Taylor Swift, Lady Gaga y hasta Foo Fighters han ido más allá asumiendo que poseen ese derecho obligando a los fotógrafos a firmar contratos donde deben, literalmente, renunciar a todos los derechos de sus fotografías.
Consciente de que la mayoría de los fotógrafos no saben mucho de términos legales, y que la zona de fotos no es el mejor lugar para leer contratos, y que muchos fotógrafos no pueden negarse a fotografiar a una banda muy popular, los artistas han podido lucrar con la mayoría de los fotógrafos que, por la razón que sea, firman la renuncia de sus derechos.
Sin embargo, todavía, tratando de darles el beneficio de la duda (pues aún pensaba que estaba lidiando con Thunderball Clothing y no con ARCH ENEMY directamente), envié una respuesta donde de nuevo expliqué mi posición:
Querida Marta:
Muchas gracias por su mensaje.
Creo que hubo un importante malentendido respecto a cómo funcionan los derechos de autor, lo que le provocó confusión en este asunto. Con gusto le explico cómo funcionan las leyes aquí para resaltar el punto de mi postura.
No es correcto, como usted asegura, que “los patrocinadores de Alissa y sus clubs de fans tienen permiso de compartir las fotografías donde ella aparece”. Esto no es un argumento legal, pues la única persona que puede dar el permiso de cómo usar la fotografía es el dueño de los derechos. En este caso, como bien podría saberlo, yo soy el dueño de los derechos de la fotografía, por lo que soy el único que puede autorizar su uso.
Aunque por lo general permito que fanáticos e incluso músicos (ellos mismos) usen mi trabajo, esto no cambia el hecho de que yo poseo el derecho de autorizar o negar su uso. Aunado a eso, aquí la imagen fue utilizada para promover un negocio. En este caso, como indudablemente debe comprender, las imágenes son usadas para incrementar la exposición de sus productos y aumentar las ventas, permitiéndole obtener una ganancia a partir de mi trabajo sin ninguna retribución dirigida a mí.
Respecto a su afirmación de que muchos fotógrafos son felices de ver su explotado trabajo a cambio de “exposición” gratuita, sólo puedo decir que el resto de los fotógrafos son libres de hacer de su trabajo lo que ellos quieran. El derecho de oponerse a dicho uso, sin embargo, se mantiene igual.
Es por lo anterior que me gustaría darle la oportunidad de arreglar el incorrecto uso de la fotografía donando a una organización (la Sociedad Holandesa del Cáncer) en lugar de pagar directamente por una licencia.
Tan pronto como envié el correo, me di cuenta que, en realidad, había contactado a la gente que maneja a ARCH ENEMY y no a Marta Gabriel. Para evitar confusiones, inmediatamente envié otro.
Hola de nuevo,
apenas me di cuenta que el mensaje no fue enviado por Marta sino por ARCH ENEMY directamente. ¿Podría decirme con quién estoy teniendo contacto aquí?
En cuanto a ARCH ENEMY, no me opongo al uso que Alissa le dio a mi foto (incluso mencioné que la compartió) aunque, por supuesto, puede ser mi derecho. El problema es que ahora mi trabajo está siendo usado para promover un producto.
Espero que lo anteriormente expuesto aclare la situación.
Aunque no era la primera vez que una compañía usaba mi trabajo de manera ilegal, definitivamente sí era la primera vez que una banda salía a defender al infractor. La mayoría de la gente simplemente se da cuenta que se equivocó y se disculpa. Sobre todo cuando se trata de artistas, quienes obviamente son mucho más sensibles al problema de no ser compensados por su trabajo. Por eso fue muy humillante tener que explicarle a otro artista por qué mi obra y mi trabajo merecía el mismo nivel de protección y respeto que su obra.
Después de enviar lo que estaba seguro que era una explicación clara, pensé que recibiría la disculpa argumentando que había habido algún “malentendido” sobre los derechos de la foto. Para ese momento yo ya sabía que la fundación contra el cáncer ya no iba recibir nada, pero al menos pensé que alguien admitiría que se había equivocado.
Lo que en ningún momento esperé fue que sería contactado por Angela Gossow, la manager y excantante de ARCH ENEMY, quien me envió algo que básicamente se puede resumir en: “púdrete tú y tus fotos”, manipulando hechos y boletinando a otras personas de la industria musical con la intención de dañar mi futuro como fotógrafo.
Ya fue suficiente, Sr. Salmeron.
Ya hemos quitado la fotografía que tomó en FortaRock. Por cierto, estamos seguros que no le importará que ya no sea bienvenido a tomar fotos de ARCH ENEMY en el futuro, tanto en festivales como en actuaciones en solitario. He copiado a representantes de disqueras y agencias que notificarán a los promotores: ninguna banda quiere tener en sus conciertos a fotógrafos que después envían tales amenazas por correo para monetizar sus imágenes.
A propósito, el correo anterior no era de Marta sino de Alissa misma. La artista a la que descaradamente le quiso vender la fotografía. Buen precio: 500 euros. Copio a la banda para que sepan de ti en el futuro.
¡Gracias y ten un buen día!
Por cierto: con frecuencia donamos a la caridad, pero bajo nuestros propios términos y voluntad propia.
Saludos Cordiales.
Angela Gossow
Aunque estaba molesto (y un poco fascinado por el hecho de que una cantante que me había gustado en mi juventud no sólo sabía mi nombre sino que también pensaba que era un idiota), intenté mantener la calma. Así que copié a la misma gente que Angela había copiado y escribí una breve respuesta:
Querida Angela,
muchas gracias por su mensaje.
Tal como se lo expliqué directamente a Alissa en Instagram: ella era libre de usar mi foto en su perfil y le agradecí por hacerlo. Constantemente permito que los fanáticos de la banda usen las fotografías que tomo, e incluso la de otros músicos (que he fotografiado). Sin embargo, como la artista que usted es, estoy seguro que opina que debería ser compensada por su trabajo cuando alguien lo usa para promover productos.
Me parece lamentable ver que su reacción hacia un artista que legítimamente solicita la compensación por el uso de su trabajo sea tan desconsiderada e irrespetuosa. No puedo entender las razones pues he mantenido un tono respetuoso en todas las comunicaciones que he tenido con usted.
Respecto al precio, generalmente trabajo por sumas mucho mayores. En este caso, sin embargo, solicité a la compañía que lucraba con mi trabajo una donación de 100 euros a una fundación holandesa contra el cáncer. Yo no recibiría ninguna parte de ese dinero.
Lamento profundamente la reacción de prohibirme la entrada a conciertos de la banda en calidad de fotógrafo, pero está en su derecho.
Tenga un fantástico día.
Por razones que definitivamente no puedo entender, alguien me acusó de “amenaza” por el simple hecho de explicar que las licencias deben ser pagadas, burlándose del valor de mi trabajo y malinterpretando descaradamente mis palabras y acciones.
Para empeorarlo, Angela Gossow fue muy clara al declarar que ella esperaba que todos los fotógrafos que cubren los conciertos de ARCH ENEMY lo hagan gratis, en beneficio de la banda. Después de todo, tal y como ella misma lo dijo: “ninguna banda quiere tener fotógrafos que luego les envíen tales cartas amenazantes para monetizar sus imágenes”. Tomando en cuenta eso, desde su punto de vista, “amenazar” significaba pedir un pago, obviamente ella esperaba que más fotógrafos trabajaran “por amor al arte”.
Para dejar esto atrás, creo que valdría la pena aclarar algunos puntos resaltados por Angela, para evitar confusiones sobre lo que hice o no hice:
1. Nunca intenté venderle nada a Alissa White-Gluz ni a ARCH ENEMY. De hecho, hablé brevemente con Alissa en Instagram diciéndole que estaba feliz de que le había gustado mi trabajo después de que ella lo compartiera.
2. A la única que contacté por los problemas de licencia fue a Thunderball Clothing. Nunca contacté a ARCH ENEMY ni hice alguna “solicitud” a la banda ni a su disquera.
3. Nunca envié ninguna “carta amenazadora” (como el mensaje claramente lo muestra). No sólo porque reafirmar mis derechos como artista no es una “amenaza”, sino porque en ninguno de mis mensajes mencioné alguna acción legal o repercusiones.
4. Nunca “pedí” un pago de 500 euros. En lugar de eso, expliqué que esa era la cantidad que normalmente solicito para el uso comercial de mi material pero que sin ningún problema podían dar 100 euros directamente a una fundación para pacientes con cáncer, la KWF Kankerbestrijding (Sociedad Holandesa del Cáncer). Algunos podrían decir que recaudar 500 euros es obsceno, pero intenten ir a una tienda e irse sin pagar algo y luego intentar regatear el precio mientras el policía los detiene.
Ya más tarde, considerando que ya había estado directamente en contacto con ella, le escribí a Alissa con la esperanza de aclarar lo que claramente había sido un malentendido. Fue una mala idea. Tristemente, Alissa no me bajó de un muerto de hambre intentando ganar dinero fácil.
Incluso fui acusado de, potencialmente, ser el tipo de persona que “persigue” a los fanáticos que comparten mis imágenes, aun cuando en este momento hay docenas de ellos que tienen esa misma imagen en sus páginas y contra quienes no tomé ninguna represalia (salvo ocasionalmente pedirles que no la editaran ni recortaran, y asegurarme que me dieran el crédito), a pesar de tener pleno derecho de hacerlo.
La postura de ARCH ENEMY respecto a los fotógrafos, como quedó demostrado por el agresivo trato hacia mí, simplemente por solicitar alguna especie de compensación a uno de sus patrocinadores, muestra su completo desprecio a los artistas cuya obra no es la obra de ellos.
Ellos (como es de esperar) esperan que su trabajo se vea compensado, pero no creen que otros también deben ser compensados. De hecho, tal y como lo demuestran las acciones de Angela Gossow, intentarán pasar por encima de todo aquel que intente buscar alguna compensación. No hay otra explicación de por qué copió a agencias y promotoras esperando terminar con mi carrera.
Lo que me parece más terrorífico del comportamiento de ARCH ENEMY es que genera un escalofrío entre los fotógrafos, de quienes se espera que simplemente se callen y soporten el abuso, a menos que estén dispuestos a poner sus carreras en riesgo. Tengo la fortuna de no depender de la fotografía, aunque puede que muchos fotógrafos no tengan la misma suerte por lo que no pueden darse el lujo de ser suspendidos, sabiendo que podría volverse imposible, literalmente, ganarse la vida.
Como evidencia de esto, para escribir esta historia, me acerqué a algunos prestigiados fotógrafos de la música, pero cuando supieron de qué banda se trataba prefirieron no aparecer. Aceptaron que ese sistema es terrible y que ARCH ENEMY y sus patrocinadores estaban en lo incorrecto, pero tampoco querían arriesgarse a terminar en la lista negra de la banda.
Otro problema en cómo ARCH ENEMY lidia con los derechos de autor (en este caso para proteger a uno de sus patrocinadores) es que no usan la misma vara cuando se trata de su propio contenido. Después de todo, la misma Alissa me dijo que con regularidad bajan sitios que lucran con su contenido intelectual, y hace poco la misma Angela compartió un enlace resaltando el problema de la falsificación.
Por supuesto que va más allá de la simple venta de material falsificado, tal y como lo descubrí con un experimento muy sencillo: subí una versión completa de su canción The world is yours a YouTube, mismo que fue inmediatamente marcado por infringir derechos de autor y atiborrado de anuncios que habrían de beneficiar a ellos en lugar de a mí (no te preocupes, Angela, ya borré el video).
Por increíble que parezca, a ARCH ENEMY no le parece suficiente la exposición que este video les dará.
Es irónico ver que la situación fue generada por una banda que alega ser anarquista y que orgullosamente parlotea sobre anarquismo con eslogans como “sin dioses ni amos” (No Gods, no Masters) o “marchamos con banderas negras” (Under Black Flags we March), mientras demuestran la misma violencia pasiva que esperarías de sus némesis corporativas. Sólo exhiben una preocupante complacencia por perpetuar el poder de las estructuras que pisotean a los débiles y benefician a los poderosos.
Es muy decepcionante ver que la banda que se vende con imagen de anarquista ha tomado una postura así. Tal vez ahora que han conseguido la fama y el dinero que tan ansiosamente critican en otros tienen miedo de que no puedan dar marcha atrás.
Posdata: Si están interesados en donar a la Sociedad Holandesa del Cáncer, por favor den clic aquí.
Actualización, 12 de diciembre, 2018: Aquí hay una actualización sobre lo ha sucedido después de hacer esta publicación. Thunderball Clothing se disculpó y luego decidió cerrar la tienda después de una avalancha de “odio y amenazas”.
Acerca del autor: J. Salmeron es fotógrafo, autor, abogado y editor de Metal Blast, una revista internacional de Heavy Metal. Las opiniones expresadas en este artículo representan únicamente las del autor. Puede encontrar más del trabajo de Salmeron en su Facebook, Instagram y Twitter. El artículo también fue publicado aquí.