NEONFLY, la banda británica, se presentó en GATO CALAVERA de CDMX al lado de los austriacos NEONFLY, en una velada de Power que una vez más dejó en evidencia la grave crisis de público por la que pasa el género en la capital.
En esta fecha fueron acompañados por los estadounidenses THROUGH THE OCULUS y los mexicanos FIONN LEGACY.
FIONN LEGACY: el conejillo de indias de la noche
Aun cuando el cartel convocaba a las 7 de la noche, FIONN LEGACY no salió sino hasta pasadas las 8 de la noche debido a un problema con la batería.
Resultó que la batería puesta para las bandas estelares no podía ser tocada por los mortales teloneros y tuvieron que esperar que se desocupara la batería del recinto, lo que retrasó el inicio del evento.
Debido al retraso, se le solicitó a FIONN LEGACY recortar su set; primero les pidieron quitar una canción; como el retraso fue mayor del esperado, les solicitaron recortar dos. Al final terminaron quitando tres y sólo interpretaron cuatro piezas ante escasas 20 personas que apenas habían llegado.
THROUGH THE OCULUS se alista para LIVE AFTER DEATH HORROR FEST
Con THROUGH THE OCULUS la gente había logrado duplicarse; decir que eran 100 tal vez habría sido una exageración, sin embargo, es de destacar el hecho de que los pocos ahí presentes se entregaron con mucho entusiasmo a las bandas.
En medio de su presentación, se anunció que esta banda formará parte del festival Live After Death Horror Fest, el día 1 de diciembre, cuando LITA FORD y WARLOCK encabezarán el cartel.
Después de cada pieza aplaudían y cuando las bandas solicitaban alzar las manos o corear alguna parte, lo hacían con energía y muy buena vibra.
Sorprendió la presentación de SARAH GAMBLING, vocalista de THROUGH THE OCULUS, pues dejó escuchar una maravillosa voz operística que combinó con poderosos guturales.
Parecía que no se trataba de la misma persona.
DRAGONY disfrutó la mayor cantidad de público
Aunque NEONFLY era la cabeza del cartel, la verdad es que más gente conocía a DRAGONY; por lo que su participación terminó siendo la más nutrida de la noche.
Existe una maldición en los conciertos capitalinos: quien toca al último, termina tocando en completa soledad o, en el mejor de los casos, únicamente para sus amigos.
DRAGONY se salvó de dicha maldición tocando ante la mayor cantidad de personas que se registró esa noche que, con mucho esfuerzo quizá pudieron superar las 500 personas.
Con dos guitarras, una batería, un teclado y la voz de SIEGFRIED “THE DRAGONSLAYER” SAMER dio inicio a la presentación de una de esas bandas que ejemplifica a la perfección lo que es actualmente el Power.
Es decir, estamos ante una de las mejores bandas actualmente del Power sinfónico pero que, a pesar de contar con cuatro álbumes de increíble factura, y el respaldo de un sello como NAPALM RECORDS, no han logrado un reconocimiento que les permita ser cabezas de cartel de algún festival importante.
Todo se queda en la medianía de una escena subterránea que se aferra a las viejas glorias en constante y ya muy avanzada decadencia.
NEONFLY compartió toda su energía
La noche cerró con los estelares, quienes se presentaron por segunda vez en Ciudad de México; la primera ocasión ocurrió el año pasado en el Pepsi Center cuando fueron teloneros de EPICA.
Igual que DRAGONY, NEONFLY es una agrupación que ya tiene 13 años dando batalla con álbumes de gran calidad pero que simplemente se han quedado en ese enorme mar de agrupaciones que
WILLY NORTON demostró ser un frontman de altos vuelos, logrando prender al máximo a los que todavía seguían presentes, que para ese momento ya era menos de la mitad que había estado con DRAGONY.
Norton no sólo interpretó las piezas con una gran voz; también interactuó con el público, tomando sus celulares y grando la presentación desde el escenario; también se subió al barandal de protección e incluso caminó entre el público y cantó en medio de la gente.
Por ahí se llegó a ver una niña de escasos 7 u 8 años con ventanas en su dentadura sonriente, mostrando felicidad de la mano de dos fanáticos mayores que la llevaron a disfrutar la velada.
Norton hizo todo lo que estuvo en sus manos para que su banda prendiera al escaso público que todavía quedaba y éste se lo agradeció tanto como pudo.
Llama mucho la atención el contenido de sus letras; mismas que en varias ocasiones fueron diseccionadas por el mismo Norton: temas como cambio climático y problemas actuales contemporáneos eran tratados en sus letras.
La noche terminó con ese sabor que combina lo dulce y lo agrio.
Dulce porque siempre será una grata experiencia ver a bandas de talla internacional en recintos pequeños desarrollando una cercanía con el público que no se percibe todos los días.
Agrio porque la gente ya no responde ante este tipo de conciertos; la bomba demográfica finalmente explotó; no se logró renovar la escena y hoy en día son muy pocos los que acuden a un concierto de este tipo.
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