Blackveil - Forever Baptised in Eternal Fire

Blackveil - Forever Baptised in Eternal Fire

Provenientes de Baviera, BLACKEVIL ha estado forjando fuego desde 2013. Su primera demo, apropiadamente titulada Hail the Cult, emergió de la oscuridad en 2015, revelando auspiciosamente un estilo de blackthrash afilado e infinitamente lascivo.

Con el álbum debut de BLACKEVIL, The Ceremonial Fire de 2017, el trío de poder lo subió todo: más velocidad, más ganchos, más negro, más maldad, ¡más de MÁS! Los fanáticos se dieron cuenta, afortunadamente, y la banda lanzó al año siguiente un LP Spilt con Witchunter de Italia. Aún así, lo mejor estaba por llegar …

El segundo álbum de Blackveil

Por fin, llega el momento de ruptura de BLACKEVIL con su tan esperado segundo álbum, Forever Baptized in Eternal Fire. Por supuesto, aquellos para los títulos astutos, BLACKEVIL, sin embargo, lo arriesga todo con Forever Baptized in Eternal Fire, reuniendo su pasado nada despreciable con un presente envidioso y sin duda un futuro maldito.

Naturalmente, nunca traicionarían sus raíces, ya sea los tres grandes del thrash alemán: Sodom, Kreator y Destruction o las leyendas del speed metal como Razor, Evil Angel, OZ y Exciter, y muchos otros puntos clásicos en el medio, pero la forma en que el trío los asimila en algo que es tan singularmente suyo y, sin embargo, tan único y puramente HEAVY METAL, solo podemos suponer que hay algo de magia negra en juego.

Forever Baptized in Eternal Fire es épico

Dicho de otra manera, Forever Baptized in Eternal Fire es jodidamente épico de principio a fin, pero nunca suena como si estuviera esforzándose por sonar «épico». Del mismo modo, uno podría calificar caritativamente a BLACKEVIL como algo que trasciende el blackthrash por completo.

Todo lo que podemos decir es dar un paso hacia este fuego eterno, sentir el rumbo de las canciones por tus venas, la batería acelerada pero con matices de buen gusto guiarán tu búsqueda. Es un clásico en proceso, Forever Baptized in Eternal Fire es bautizado con una portada del magistral Paolo Girardi. No se equivoquen: ¡BLACKEVIL ha LLEGADO!