Publicado originalmente en:HeavyRiff No.03

Christofer Johnsson, guitarrista de Therion, publicó una fotografía el pasado 26 de enero en su Facebook donde se le ve con una guitarra y un collarín. “Desde hace dos semanas empecé a sentir dolores en mi brazo, hombro y espalda”, escribió el músico en un mensaje.

Resulta que tenía dos hernias en dos discos de la columna, “uno era muy malo y el otro era pequeño pero podía empeorar”, acotaba. Lo que llama la atención era que esas dos hernias las tenía “por matear y sentarme mucho tiempo frente a la computadora tanto en la oficina como en el estudio”.

Eso ocasionó que los discos de su cuello se desgastaran y se partieran, dejando salir un fluido que ocasionaba presión en los nervios; ahí surgía el dolor que le impedía tocar e incluso acostarse, “tenía que sentarme a dormir en el sofá”, contó.

Foto de http://myglobalmind.com
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El último concierto de su vida

Esta condición puso en riesgo la presentación de Therion en el 70000 Tons of Metal que se llevó a cabo del 2 al 6 de febrero pasado, no obstante el músico pudo tocar gracias a unas inyecciones de cortisona y un collarín.

Aquello sólo fue un paliativo para no cancelar la presentación, ahora el músico determinará si es necesaria una cirugía o puede tratarse con medicamentos. Johnsson prefiere evitar la cirugía a pesar de ser más tardado y doloroso, pues “una cirugía fallida puede ocasionar que nunca vuelva a tocar”, advirtió.

Dadas las circunstancias, el guitarrista escribió que el concierto del 70000 Tons of Metal a inicios de febrero pasado podría ser el último concierto de su vida.

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La salud al mejor postor

A lo largo del mensaje se nota una insistencia por apuntar el dedo al sistema de salud sueco. “El servicio médico de Suecia ya no funciona”, acusó en su comunicado refiriéndose al servicio médico que brinda el gobierno de aquel país. Debido al aumento poblacional la calidad del servicio “ha empeorado cada año y sólo se pone peor”, añadió.

La saturación del sistema lo obligaba esperar ocho días para que le dieran una cita con un fisioterapeuta. Lo peor es que no podría tener un diagnóstico sin una resonancia magnética y tardarían un mes en dársela. Es curioso que se queje porque si hubiera ido al IMSS se habrían tardado cuatro meses.

¿Qué es peor que no tener dinero para ir a un concierto? No tener dinero para tener salud. En un mundo podrido como el de ahora, la salud es un vulgar bien de consumo que sólo pueden adquirir los que tienen dinero; los apestosos mortales están supeditados a un sistema de salud que año con año sufre más recortes en su presupuesto, mientras que estupideces como el ejército gozan de aumentos.

La solución: Rusia

Christofer Johnsson no fue con un galeno del mal (médico privado), ¡fue a Rusia, al lado del cadáver de Lenin!, esto por recomendación de Alexander Osipov y Jane Odintsova, vocalista y tecladista respectivamente de la banda rusa Imperial Age. “Son igual de competentes que en Suecia (los médicos) pero tienen la capacidad de tratar a los pacientes (que no clientes) inmediatamente”, escribió el guitarrista.

No solamente le hicieron una resonancia magnética de inmediato y vio a un fisioterapeuta sino que también tuvo oportunidad de estar con un neurólogo. Ese mismo día le dieron el diagnóstico mencionado líneas atrás y le recetaron las inyecciones de cortisona.

Al final de su mensaje agradece a la Embajada de Rusia y al Centro de Visado Ruso en Estocolmo “por sus atenciones y sus esfuerzos extra, así pude obtener la visa a tiempo para hacer el precipitado viaje” y añade: “gracias a ustedes ahora tengo el diagnóstico en vez de haber esperado dos meses, ahora puedo dormir en mi cama y tocar la guitarra”.

La moneda sigue en el aire

Así esta historia. Ahora Christofer Johnsson viajará nuevamente a Rusia para encontrarse “con un neurocirujano de clase mundial quien determinará si es mejor una cirugía o no”.

¿Pero qué pasa para aquellos que no son amigos de una banda en Rusia; qué pasa con esas personas que cometieron el peor pecado del mundo: nacer sin dinero? La historia de Christofer Johnsson ilustra son temas: los riesgos de matear y estar mucho tiempo en la computadora pero también los riesgos de ser pobre en un mundo dominado por el dinero.