Este 30 de noviembre se cumplieron ocho años del lanzamiento de Skeletons & Majesties Live, el cuarto álbum en vivo de Gamma Ray, después de haber lanzado el bien recordado Heading for the East (1990), el poco referido Lust for Live (1993) y el célebre Hell Yeah!!! The Awesome Foursome (2008).
Curiosamente, The Awesome Foursome es el concierto más recordado por los fanáticos de Gamma Ray, a pesar de que Skeletons & Majesties Live lo supera holgadamente por dos razones concretas que explicaremos detenidamente a continuación, volviéndolo no sólo el mejor concierto que Gamma Ray llegó a grabar sino también el doloroso testimonio de lo que esta banda alguna una vez fue.
Razón 1: las canciones que tocaron
Muchas bandas viven simplemente de un puñado de canciones porque fueron las únicas composiciones donde lograron plasmar su calidad, como Angra, que no deja de tocar lo que hizo desde el Temple of Shadows para atrás, sin que una sola de sus piezas realizadas después de 2010 sea capaz de prender tanto como Carry On, Nova Era o, en el mejor de los casos, The Voice Commanding You.
Pero Gamma Ray es una historia muy distinta. Esta banda puede tocar las mismas piezas y condicionarnos pavlovianamente en sus conciertos sin que eso signifique que aquellas sean sus únicas piezas efectivas, pues existe un enorme catálogo escondido que no siempre sale a flote en sus conciertos. Plenamente consciente de eso, Kai Hansen decidió explorar ese terreno inhóspito en vivo.
Uno de los más grandes lamentos que pueda existir en la obra de Gamma Ray es la inexistencia de un testimonio audiovisual de Skeletons in the Closet (2003), el álbum en vivo donde Gamma Ray interpretó canciones de enorme calibre como Razorblade Sigh, Guardians of Mankind y la magnánima Rising Star/Shine On.
Skeletons in the Closet fue realizado con la intención de tocar las canciones que casi no solía interpretar la banda en vivo por aquel entonces, sin embargo, sólo lanzaron esa presentación en un CD, sin ningún video de por medio.
Conscientes del enorme boquete que aquello significó, en 2011 Kai Hansen se dio a la tarea de repetir el ejercicio y ahora sí grabar un concierto. Skeletons & Majesties Live registró lo ocurrido el 29 de abril de 2011 en el Z7 Konzertfabrik de Pratteln, en Suiza.
En una entrevista de 2012 para Bravewords, Kai Hansen explicó que, desde su punto de vista como fanático, a él le emocionaba más la idea de ir a un concierto de Judas Priest donde tocaran Dreamer Deceiver en lugar de Living After Midnight. Aseguró que “eso es mucho más interesante para un fanático a morir que conoce todas las canciones de la banda” y no sólo las más populares.
Skeletons & Majesties Live inicia con la poderosa Anywhere in the Galaxy, canción que abre su magnífico álbum de 1999, Power Plant, una pieza que hacía más de una década no tocaban en vivo, desde la gira de aquel álbum. Sucede lo mismo con la siguiente interpretación del concierto: Men, Martians and Machines, una sublime composición que no había sonado sobre un escenario desde la gira de aquel legendario Somewhere Out in Space en 1997.
Por si eso fuera poco, el concierto nos sorprende con The Spirit, una canción de verdadero culto para los fanáticos más recalcitrantes de Gamma Ray que cierra el álbum Sigh No More (1991) y que jamás habían tocado formalmente en algún entarimado.
Definitivamente la joya de la corona es la canción Wings of Destiny, tal vez el punto más alto que ha llegado a alcanzar Henjo Richter como compositor y letrista. Aunque ya había dado muestras de grandeza en el álbum Somewhere Out in Space con sus piezas The Guardians Of Mankind y la simplemente excelsa The Winged Horse, fue en Power Plant donde entregó los grandes himnos de Gamma Ray: Wings of Destiny y Send Me a Sign.
Hasta ese entonces sólo la habían tocado Wings of Destiny una vez, en julio de 2007, en el Earthshaker Fest de Alemania; desde entonces esa magnífica pieza quedó guardada sólo para ser escuchada por aquellos que disfrutaban de saborear los discos completos de Gamma Ray.
Razón 2: la mejor alineación de Gamma Ray
La alineación es un tema siempre delicado cuando se habla de agrupaciones. Muy pocas son las que han podido permanecer con los mismos miembros completamente intactos. Por eso es de aplaudir casos como Blind Guardian, quienes duraron 19 años con la misma formación y hasta ahora sólo han cambiado de baterista (y eso ocurrió hace ya 15 años).
Pero también existen casos donde los miembros originales no son la mejor personificación del grupo y se termina consagrando con otros músicos, como el caso de Stratovarius, donde tuvieron que pasar siete años y cinco álbumes para que naciera la alineación que bajaría del monte con las tablas bíblicas del power metal entregando Episode (1996).
Gamma Ray no es la excepción. Aunque son muchísimos los que añoran sus primeros años con Ralf Scheepers, la verdad es que nadie se acuerda que Mathias Burchardt fue el primer baterista de la banda, incluso antes que Uli Kusch; ni nadie menciona que Uwe Wessel era el que alternaba el bajo y la guitarra con Dirk Schlächter en los primeros dos álbumes.
Aunque Land of the Free (1995) es considerado el gran clásico de Gamma Ray (poniéndolo incluso en la misma categoría que los Keepers de Helloween), la verdad es que su sucesor Somewhere Out in Space está por encima de él.
Somewhere Out in Space fue la primera vez que Kai Hansen, Henjo Richter, Dirk Schlächter y Dan Zimmermann se juntaron en Gamma Ray. Dicha alineación estelar dio nacimiento a un álbum que revolucionó el power metal y marcó un arquetipo en su sonido. Ese fuego sagrado se puede apreciar completamente intacto y a plenitud en los conciertos de Hell Yeah!!! The Awesome Foursome y Skeletons & Majesties Live, con la particularidad de que el segundo significó la última vez que vimos a esa legendaria formación.
“Daniel (Zimmermann) nos dijo antes de esa gira que iba dejar la banda”, reveló Kai Hansen en la entrevista referida para Bravewords ya en diciembre de 2012, más de un año después de aquel concierto. “Daniel estaba harto de viajar hasta Hamburgo, tenía que viajar una enorme distancia nada más para ensayar un poco; estaba harto de los aeropuertos y las giras alrededor del mundo, sólo quería un cambio en su vida y estar más en casa”. El concierto de Skeletons & Majesties Live fue el último que grabó con la banda.
Aquello significó el final de una era dorada hoy en día completamente muerta. El mismo Kai Hansen reconoció, en entrevista para Metal Meltdown en febrero de 2013, que fue un momento difícil para la Gamma Ray. “Sentíamos que la banda se estaba muriendo, especialmente para Henjo y Dirk pues coincidió que yo estaba tocando con Unisonic”.
Kai sabía el enorme poder que resguardaba esa alineación. “Era una formación estable —¡15 años!— y estábamos muy contentos, todo iba genial; Daniel es alguien a quien no puedes sustituir, era un tipo único y un baterista único; era una enorme parte de lo que representaba Gamma Ray”.
Hansen reconoció que, después de su partida, los tres miembros restantes no supieron qué hacer porque nadie tenía ganas de empezar a buscar otro baterista y hacer audiciones. Después de esperar ingenuamente a que Dan cambiara de opinión, Kai optó por reclutar a Michael Ehré.
Tres años después vino lo peor, cuando Kai Hansen trajo a Frank Beck para cantar. El comunicado publicado en 2015 decía que una razón para traer a Beck fue que Kai sentía que era momento para dejar de cantar, porque se dio cuenta que las largas giras solían dañar su voz y no le permitían dar el 100 por ciento, “así que, al compartir la voz, será mucho más fácil y más disfrutable para él”. Adiós a Gamma Ray, y hola a una nueva banda de covers.
Skeletons & Majesties Live es el último gran testimonio de Kai Hansen en todo su esplendor tocando con Gamma Ray. Por eso no es casualidad que uno de los mejores momentos de todas las fechas en la gira Pumpkins United de Helloween fue cuando Kai Hansen hizo un popurrí del majestuoso y legendario Walls of Jericho (1985), no sólo por el hecho de verlo tocar y cantar piezas verdaderamente fundacionales para el power metal, sino también por desbordar un carisma de proporciones antológicas, de esos que aparecen muy rara vez en cada generación de músicos.
Es por estas dos razones: la lista de canciones interpretadas y la alineación de músicos que las interpretó, que Skeletons & Majesties Live es el mejor concierto en video que ha lanzado Gamma Ray hasta ahora. Tendría que pasar un verdadero milagro para que esta banda reverdezca. El tiempo ha pasado y hoy en día no hay atisbos de que Gamma Ray vuelva alcanzar las augustas alturas que alcanzó en aquel entonces.
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