Hay un hecho irrefutable: desde hace unos años Yngwie Malmsteen ha venido a menos, tanto en sus discos como en sus presentaciones en vivo.
Aunque hoy en día hay guitarristas que tocan muchísimo mejor que él, todavía sigue siendo uno de los principales referentes del shred mundial.
¿A qué se debe que Yngwie Malmsteen no posea el impacto de otrora? Hay dos factores clave: empezó a cantar en sus discos y en vivo dejó de tocar las canciones como en estudio.
Factor 1: empezó a cantar sus canciones
Desde Relentless (2010) Malmsteen empezó a cantar y fue en Spellbound (2012) cuando finalmente se apoderó del micrófono; antes solía acompañarse de grandes voces como Jeff Scott Soto, Mark Boals y Joe Lynn Turner.
Para su desgracia, escuchar cantar a Yngwie Malmsteen es como escuchar a Ozzy Osbourne (no nos gusta cómo canta ese señor). ¿Por qué hizo esto? “Me cansé de lidiar con toda su mierda, así que decidí cantar yo mismo”, explicó en una conferencia de prensa en Malasia en septiembre de 2018.
La explicación completa es la siguiente:
Siempre pensé que los cantantes tienen el síndrome de Elvis Presley: piensan que son Elvis Presley. Ellos no son Elvis Presley, porque yo escribo la música, yo escribo las letras, las líneas melódicas de la voz, yo escribo todo. Sólo porque alguien canta algo no significa que es más importante que el bajista, el tecladista o el baterista. Porque yo escribo todas las partes, yo escribo la batería, el bajo, el teclado, la guitarra y la voz, igual que los compositores clásicos. Me cansa mucho tener que lidiar con toda su mierda, así que decidí cantar yo mismo.
Su imposibilidad de lidiar con otros seres humanos más talentosos que él lo ha orillado a tener que usar su voz en las canciones. Adiós a la posibilidad de escuchar nuevos clásicos como: As Above, So Below, I’ll See the Light, Tonight o Liar, piezas con voces magistrales.
Factor 2: en vivo no prende como antes
Uno de los testimonios más referenciales de Yngwie Malmsteen en vivo es el concierto de Leningrado publicado en 1989, donde vemos la mejor encarnación del músico.
https://www.youtube.com/watch?v=11VCcqEu2fg
Pero hablamos de hace 30 años, hoy en día las cosas cambiaron. Sus conciertos son realizados por músicos de sesión arrinconados a un lado y dejando todo el escenario abierto para el guitarrista.
Y lo que es peor, no toca completas las canciones. Un ejemplo de esto lo escribió Sergi Ramos en una crónica para The Metal Circus, cuando Malmsteen tocó en Barcelona:
Encima, para más inri y desprecio a su legado antiguo, todos esos viejos temas fueron recortados de forma brusca dejando únicamente la primera estrofa, estribillo, solo, estribillo final y listos, fuera todo lo demás. No son formas señor Yngwie Malmsteen, no lo son.
Aquí hay que entender algo: Yngwie Malmsteen lleva más de 30 años tocando las mismas canciones. ¿No llega un momento en que se aburre de tocar lo mismo siempre? Por supuesto que sí. Desgraciadamente no ha sido capaz de lanzar un disco del calibre de Odyssey (1988), Trilogy (1986) o Marching Out (1985) desde hace mucho tiempo.
Esta sequía compositiva lo orilla a tocar las mismas canciones de siempre y obviamente termina aburriéndose. Así lo explicó el propio Yngwie Malmsteen en la ya mencionada conferencia de prensa de Malasia:
“Acabo de tocar en Europa hace unos días, di tres conciertos seguidos y en las tres noches toqué las mismas canciones, pero no de la misma manera. Nunca toco lo mismo. Subo al escenario y me reto a mí mismo, lo hago peligroso. Y por “peligroso” me refiero que tomo riesgos, riesgos musicales. Nunca me la pasaría tocando algo que ya tengo ensayado, habría dejado de tocar hace mucho tiempo. Prefiero subir e improvisar todo. Mañana tocaré cosas que nunca he tocado, será la primera vez que lo hago. Me retaré en cada momento del concierto, eso lo hace más interesante y emocionante”.
Es entendible que Malmsteen meta variaciones a las canciones, porque las ha tocado durante mucho tiempo; pero interrumpir las piezas o simplemente tocarlas incompletas indudablemente ha dañado la calidad de sus conciertos.
Yngwie Malmsteen no tiene nada que demostrar, es un músico consagrado que al final de cuentas puede tocar lo que quiera, con quien quiera y como quiera; pero la factura pasa y hoy en día es justo decir que no rifa como lo llegó hacer tres décadas atrás.