Banda de covers rinde tributo a GAMMA RAY en Circo Volador
Una banda de covers comandada por KAI HANSEN se presentó la noche del miércoles 10 de abril en el Circo Volador bajo el nombre de GAMMA RAY.
El evento se enmarcó en los tardíos festejos del 30 aniversario de la banda.
No podía haber otro motivo para la gira, pues hace diez años (¡sí, una década completa!) que GAMMA RAY no lanza un nuevo álbum.
EMPIRE OF THE UNDEAD vio la luz en 2014 con más pena que gloria (el estudio donde grabaron sufrió un incendio y casi pierden todo el material).
El plan original era festejar 30 años de Power Metal en 2020, pero no fue posible por las razones pandémicas que todos conocemos.
Ahora que KAI HANSEN ya no está tocando con su primer amor, HELLOWEEN, finalmente decidió regresar con esa agrupación en estado de coma llamada GAMMA RAY.
Pero no pudo hacerlo en peor momento: HENJO RICHTER no se sumó debido a que tuvo un accidente de automóvil y sus costillas todavía no se recuperan.
En su lugar vino el finlandés KASPERI HEIKKINEN.
Por su parte, MICHAEL EHRÉ se sometió a una cirugía de apéndice, pero tuvo complicaciones y tuvo que recibir otra intervención.
En su lugar llegó literalmente un huesero de Italia a sacar la chamba: MICHELE SANNA.
SANNA no toca en ninguna banda; es un técnico de batería que tenía el suficiente ki para interpretar las devastadoras percusiones con las que su majestad DANIEL ZIMMERMANN se volvió inmortal.
GAMMA RAY es una banda parchada donde KAI HANSEN opaca a todos
Es curioso que ya hayan pasado 12 largos años desde que GAMMA RAY cambió de alineación y en ese enorme lapso de tiempo no se ha podido consolidar.
Todavía se siente como una banda parchada, sin consistencia, carente de unidad, y a expensas de que cualquier otra agrupación llegue y los deje incompletos durante otros diez años.
Por si eso fuera poco, también debemos añadir la más reciente contratación: FRANK BECK, vocalista con el que KAI HANSEN da el primer paso hacia la senectud vocal.
A pesar de su claudicación vocal, KAI HANSEN fue el centro de atención en todo el escenario.
El aura que proyecta es incomparable. Ningún otro músico logra la presencia escénica de KAI HANSEN.
En ocasiones cantaba algunas estrofas y luego FRANK BECK continuaba con el resto de la letra, especialmente en los estribillos, donde las tonalidades se elevaban bastante.
Técnicamente FRANK BECK es un excelente vocalista, pues alcanza las notas altas sin problema.
Desafortunadamente, no tiene madera para ser el frontman de la banda. Su presencia es modesta, su carisma todavía es insuficiente.
Pareciera que FRANK BECK es un simple corista, con la particularidad de que no debe estar exclusivamente en un rincón del escenario.
Su estampa palidece por completo al lado de KAI HANSEN, quien con apenas un grito o cualquier ademán, tiene al público a sus pies.
Es por este tipo de circunstancias que GAMMA RAY da la sensación de ser una banda parchada, a medias, sin estatus consolidado.
DIRK SCHLÄCHTER, víctima de la maldición del bajo
Del resto de músicos poco se puede decir. KASPERI HEIKKINEN cumplió. Interpretó sus partes de manera correcta.
Hubo solos que improvisó a su propio estilo y otros que respetó al pie de la letra, como el de “Send Me a Sign”.
A pesar de su entrega, nunca se esfumó la sensación de que estábamos ante un músico de sesión que vino a cumplir con el hueso.
Sin embargo, esa sensación creció todavía más con el baterista italiano MICHELE SANNA.
Poca o casi nula fue su interacción con el público. Parecía que tocaba para sí mismo.
Es probable que la exigencia de las canciones de GAMMA RAY lo haya encerrado en su propio mundo de concentración.
El único miembro auténtico de GAMMA RAY (y también el único miembro original además de Kai), DIRK SCHLÄCHTER, sólo subió al escenario a hacer actos de mímica.
Fue víctima del proverbial ninguneo que se le da al bajo.
Se le veía interpretar su instrumento con los dedos, y algunas veces con plumilla, pero jamás logró percibirse el sonido de su instrumento.
Las guitarras estaban completamente trepadas, lo que permitió a KAI HANSEN brillar todavía más.
DIRK SCHLÄCHTER sólo estuvo ahí para pasar lista y amainar un poco la sensación de que estábamos ante una banda de covers.
Un setlist que brilló aun en la medianía
GAMMA RAY no presentó nada del otro mundo en las canciones que interpretó.
Quizá resaltó la interpretación de “Heading for Tomorrow”, una de esas piezas de culto de la banda.
Sin embargo, sus 15 minutos de duración la vuelven una pieza muy densa. Nos hace pensar: ¿por qué no tocaron dos canciones de 7 minutos en su lugar?
Fue a inicios de los dosmiles que la dejaron de interpretar. Entre 2003 y 2023, la interpretaron menos de diez veces (de acuerdo a registros parciales de setlist.fm).
Antes de interpretarla, KAI HANSEN dijo: “esto es especialmente para ustedes”, pues, hasta donde hay registro, no la tocaron en Monterrey, ni en Querétaro.
La mayor parte del setlist estuvo conformado por verdaderos himnos de la banda que hicieron cantar al unísono al Circo Volador.
“Es mi primera vez en México y estoy completamente sorprendido”, reconoció FRANK BECK al ver la respuesta del público ante las canciones.
Desafortunadamente no hubo ningún intento por recuperar ese repertorio olvidado que también brilla con mucha lucidez.
Ya habíamos declarado anteriormente que Skeletons & Majesties Live es el mejor concierto que GAMMA RAY ha grabado en su historia.
Y una de las razones es por las canciones que eligieron para esa noche. El setlist es verdaderamente increíble con “Razorblade Sigh”, “Men, Martians and Machines” y “Wings of Destiny” como la prueba perfecta de eso.
Pero en esta gira renunciaron a ese ímpetu por reconocer las joyas escondidas de su catálogo y se remitieron a lo seguro.
Este setlist demostró que “Avalon” es una canción que mata por completo la adrenalina de la gente.
Pero también colocó a “Master of Confusion” como la nueva gran pieza de “lo nuevo” de GAMMA RAY.
El segmento entre “Last Before the Storm”, “Rebellion in Dreamland”, “Man on a Mission” y “The Silence” nos confirmó que GAMMA RAY fue en su momento la mejor banda de Power que la humanidad haya tenido el privilegio de atestiguar.
Terminar el concierto con “Heading for Tomorrow” dejó una sensación de: “¿y luego qué?”.
No fue el final épico que un fanático de GAMMA RAY podía esperar.
La noche tuvo su clímax en el segmento de cuatro canciones previamente referido.
La banda nunca regresó a ese nivel de epicidad en el resto de la noche.
¿Qué le espera a GAMMA RAY?
En los últimos diez años hemos sido testigos del renacer de algunas bandas de Power.
HELLOWEEN pasó de aburrir con MY GOD-GIVEN RIGHT (2015) a llenar lugares más grandes con una hábil campaña de marketing nostálgico.
STRATOVARIUS pasó de lanzar soporíferos álbumes en la segunda mitad de los dosmiles, a sorprender a todos en la década pasada con NEMESIS (2013), ETERNAL (2015) y recientemente SURVIVE (2023).
¿Pasará lo mismo con GAMMA RAY?
Esta gira nos confirma que GAMMA RAY es una banda en estado de coma, con una alineación parchada y un líder que, a medio gas, sigue siendo el más carismático de todos.
La única forma en la se puede consolidar una alineación es lanzando un álbum que impacte a los fanáticos y permita seguir escribiendo la historia con su propia tinta.
Eso no ha ocurrido.
Y con la enorme sombra de HELLOWEEN carcomiendo los últimos resquicios de GAMMA RAY, el futuro es muy incierto para la que otrora fue la mejor banda en la historia del género.
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